Criollos de Luisiana

Criollos de Luisiana

Los criollos de Luisiana (en inglés: Louisiana Creole people; en francés: Créoles de Louisiane) son aquellos habitantes de Estados Unidos descendientes de los pobladores de la Luisiana colonial, tanto en su período de control francés (1682-1763, 1803-04) como español (1763-1803).

El término créole se empleaba originalmente por los pobladores franceses para distinguir aquellos nacidos en Luisiana de los que nacieron en la Francia metropolitana o cualquier otro lugar. Como en muchas otras sociedades coloniales alrededor del mundo, el término criollo era, en esencia, utilizado para referirse a aquellos considerados "nativos", principalmente europeos franceses o españoles nacidos en las colonias. Asimismo, el término criollo fue empezándose a aplicarse a afrodescendientes y nativos americanos (amerindios) nacidos en el territorio de Luisiana[1][2][3]. La palabra no es una etiqueta racial o étnica, por lo que personas de pura ascendencia europea, africana o con cualquier grado de mestizaje entre ellos (incluido el mestizaje con indígenas) pueden identificarse como criollos. Los criollos de Luisiana sin embargo comparten entre sí lazos culturales como el empleo tradicional del idioma francés y de la lengua criolla de Luisiana, así como el predominio de la práctica del culto católico.

Comenzando primero con los hijos de franceses nacidos en la colonia de Luisiana, y posteriormente con los descendientes de esclavos africanos nacidos allá, el término criollo empezó a utilizarse para diferenciar a los viejos colonos de Luisiana de los inmigrantes europeos y los esclavos importados de otras zonas del país. La palabra criollo tiene su origen en Hispanoamérica con el significado de "nativo" o "autóctono". De nuevo, el término no es un identificativo racial o étnico, por tanto cualquier individuo de cualquier raza o etnia puede identificarse como un créole. Es un error habitual que la créolité —la "criollidad" o cualidad de ser criollo— implica necesariamente orígenes raciales mixtos, a pesar de que muchos créoles son efectivamente producto del mestizaje.

La palabra créole (criollo) comenzó a utilizarse de modo informal en la primera década del siglo XVIII en La Luisiana. Ya a comienzos del siglo XIX el término empezó a tomar un mayor sentido de identidad y político para diferenciar a los pobladores de cultura latina de los recién llegados de las zonas más septentrionales del Sur y del Norte. A principios del siglo XIX, en medio de la Revolución Haitiana (guerra entre rebeldes esclavos y colonos franceses), miles de refugiados, tanto blancos como mulatos procedentes de Saint-Domingue (actual Haití) llegaron a Nueva Orleáns, trayendo a menudo consigo a sus esclavos africanos y doblando así la población de la ciudad. A medida que más refugiados fueron admitidos en Luisiana, emigrados haitianos que habían ido en primera instancia a Cuba empezaron a llegar también. Todos estos grupos ejercieron una fuerte influencia en la ciudad y su cultura. La mitad de estos emigrados (émigrés) haitianos se asentaron en Luisiana, sobre todo alrededor de Nueva Orleáns y su área de influencia. Posteriormente y con el paso de los años, inmigrantes irlandeses, alemanes o italianos contrajeron matrimonio con los créoles. Sin embargo, había también una buena parte de criollos alemanes de pura ascendencia alemana centrada en las parroquias (parishes) de St. Charles y St. John the Baptist, siendo por esta razón que se conoce a esta zona como Côte des Allemands (“Costa de los Alemanes”). Con el tiempo, muchos de esos grupos también fueron asimilados total o parcialmente en la cultura criolla de influencia francesa, adoptando a menudo el uso del francés y otras costumbres.

Aun cuando a los cajunes o acadianos se les considera como una identidad distinta a la de los créoles, existen muchas referencias históricas en las que apellidos acadianos se autodenominaban o se denominaban por otros grupos como creóles, y fuentes procedentes desde mediados del siglo XIX consideran a los cajunes como una “subcategoría” dentro de los créoles de Luisiana, más que un grupo totalmente separado. Por tanto, los estadounidenses de origen cajún, nacidos en Luisiana y que conservan una cultura de base latina, son considerados también créoles de acuerdo con su definición más estricta. No obstante, esta acepción original no está ampliamente aceptada hoy y es común que los actuales cajunes rechacen ser parte de la cultura créole, aunque del mismo modo hay individuos que aceptan identificarse con ambos grupos.

Los criollos de origen francés, incluyendo a los descendientes francocanadienses procedentes de Acadia, han conformado históricamente la mayor parte de los criollos blancos de Luisiana. Los criollos de Luisiana son en su mayor parte católicos. A lo largo del siglo XIX, muchos criollos hablaban francés y mantenían fuertes lazos con la cultura colonial francesa[4]. Por otro lado, la importante comunidad criolla española de St. Bernard Parish y Galveston hablaba español, así como los “malagueños” de Nueva Iberia. Tanto los “malagueños” como los “isleños” eran criollos blancos de herencia criolla hispana. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, el número de criollos hispanohablantes redujo su número a favor de los angloparlantes, y poca gente, en su mayoría de edad muy avanzada, habla todavía español. Los criollos españoles han mantenido hasta el día de hoy tradiciones y cultura originarias de las Canarias, lugar desde cuyos ancestros emigraron[5]. A pesar de todo, y al igual que los españoles, otros grupos de criollos que aún hablan sus lenguas originales (francés, alemán, etc.) han visto reducido su número a favor del inglés. Las diferentes variedades de los criollos de Luisiana han dado forma a la cultura del Estado, particularmente en las áreas sureñas de Nueva Orleáns y en los distritos donde las plantaciones fueron importantes. Luisiana es por tanto conocida como el "Estado Criollo"[4].

Mientras que la sofisticada sociedad criolla de Nueva Orleáns, la cual se centraba principalmente en criollos blancos, como los franceses, ha centrado históricamente la atención en el área del río Cane al noroeste de Luisiana, poblada en su mayor parte por criollos “de color”, también desarrolló su propia e importante cultura criolla. Otros enclaves de cultura criolla pueden encontrarse en el sur del Estado, tales como Frilot Cove, Bois Mallet, Grand Marais, Palmetto, Lawtell, Soileau, entre otros. Estas comunidades han tenido un largo historial de independencia cultural. Nueva Orleáns por su parte también ha tenido una población histórica de criollos “de color”. Otra zona donde pueden encontrarse criollos es dentro de las parroquias de River, St. Charles, St. John o St. James ya que muchos criollos blancos de origen francés o alemán se asentaron en dichos lugares. Muchos criollos blancos viven en la región de la gran Nueva Orleans, un área cultural de siete parroquias en las que se incluyen las de Orleans, St. Bernard, Jefferson, Plaquemines, St. Charles, St. Tammany y St. John the Baptist. Además, las parroquias de Avoyelles y Evangeline en Acadania son el hogar de una numerosa población criolla blanca de origen francés, conocidos como criollos franceses.


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